17 abril, 2009

Canto tu nombre

Estoy sola. Extrañándote. Deseándote. En una habitación vacía de tu presencia, pero plena de tu esencia, imaginando una y mil formas de cómo podría amarte. Inventando estrategias para conducirte a mí en medio de la noche pero no consigo hilar forma alguna para realizarlo. Mis manos, temblorosas, seducen al aire viciado del humo del décimo cigarro que se ha consumido sin siquiera sentirlo en mis labios.
Con el humo que se eleva, intento escribir tu nombre pero no es lo suficientemente espeso para mantenerse hasta que termine. Lo intento una vez más pero no defino ni una sola letra, así que prefiero desistir.
Es una noche obscura y solo me acompaña el canto de un pequeño grillo que se ha quedado a acompañarme seguramente conmovido por la lastima que mi agonía le ha causado.
Repito tu nombre una y otra vez, como si eso fuera una formula esotérica que te haga aparecer. Me siento, me recuesto, me levanto de un salto buscando como gastar mis energías hasta que me tome el sueño entre sus brazos y pueda olvidarme de ti por, al menos, esta noche.
No funciona. Tu rostro esta en mi mente, de frente, de perfil, con sonrisa y sin ella, con calma, con esa expresión que evocas cuando te domina la pasión… ¡tan tuya, tan mía!
De la nada percibo tu olor, esa combinación en la que no interviene ningún elixir natural, que quita toda mascará que pudieras usar para confundirme y que no puedo comparar con algo conocido.
No quiero pensar en donde estas, con quien seduces a la noche o a quien le lees pasajes de historias inventadas, ¡no, no, no! Sacudo mi cabeza obligándome a expulsar esas imágenes dolorosas que solo me angustian.
Deslizo mis dedos en la cabellera que antaño adoraste y se eriza mi piel. Cierro los ojos, ya no contengo mi voz. Ahora tu nombre tiene sonido y lo canto una y otra vez…
Con el suave ritmo de esa música, mis pies se deslizan en pequeños pasos, girando al compás de tu nombre en una danza solitaria.
¿Para qué luchar?, no tiene sentido. Ya vives en mí aunque no estés conmigo. Así que, no tengas pendiente, aprenderé a tenerte sin sentirte, a amarte sin tocarte, a seducirte sin mirarme y la próxima vez que camines bajo el sol, no te asustes si no encuentras tu sombra acompañando tus pasos, la he tomado para mi, para no extrañarte, para amarte al desearte, para acompañarme en noches que como esta, tiembla mi cuerpo de tanto anhelarte.
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Amor sin promesas, adíos con libertad


Si ya no puedes mantener la mirada
en mis ojos, no temas
no sufras por decirme la verdad.

Sé que por las noches
ya no evocas mi presencia
y por más que yo lo quiera
nada puedo hacer ya para que ocurra.

Descuida, solo dime lo que tu corazón respira
no lloraré por verte partir
nos amamos con libertad
ni soy tuya, ni eres mío
nunca hubo promesas que cumplir.

No hay rabia, no hay reproche
no hay angustia, no hay rencor
me dejas tu valor
me quedo con tu voz
me guardo tu pasión.

Me dejas lo mejor de mí
lo que me hiciste descubrir
solo espero que te lleves
todas las sonrisas que provoque en ti.

Y así como amaste
mis palabras y mis besos
y enjugaste mis lágrimas y mi dolor
recuerda siempre nuestra historia
como una perla más
con la que irás completando ese collar
al que yo llamo felicidad.


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14 abril, 2009

Senderos de pasión


Mírame a los ojos al amarme
quiero verlos cuando brillan
como libélulas en noches negras
o como el cielo repleto de estrellas

Mantenlos fijos en mi talla
y ve trazando caminos nuevos
en las dunas de mi playa
donde podrás idear apasionados juegos

Memoriza cada planicie, cada senda
si descubres un nuevo paraje
márcalo con tu bandera
o usa tus labios para dejar tu huella.

Pero si el éxtasis te domina
durante ese amoroso viaje
cierra los ojos tranquilo
que yo imaginaré el paisaje
de esas noches negrasen que resplandecen las estrellas.

Palabras al viento


Quisiera que mis palabras
fueran como las hojas secas
que danzan al ritmo
que el viento les toca.

Que al volar libres te encuentren,
se posen en tu rostro
o en tu cabello
y te acompañen por el camino.

Que esas palabras
te digan al oído todo aquello
que yo no puedo hacer,
que las escuches muy cerca,
que se te erice la piel.

Así que empezaré a escribir
palabras en las hojas
abriré la ventana
y les pediré que te busquen
pero esta vez, iré tras ellas
para ser yo quien las murmure a tu oído
cuando te encuentren.

11 abril, 2009

Luna Menguante


Esta noche
en que la luna menguante
dibuja una sonrisa
su tenue luz
se filtra por la ventana
iluminando tu rostro y
me permite descubrir
que al dormir sonríes.

Mis manos juegan con tu cabello
separándolo, peinándolo
los deslizo en tus mejillas
y mi caricia te despierta.

Tu sonrisa perdura al encontrarme
Y me emociono al sentir tu mirada
haciendo que mi piel
pida a gritos disfrutar
del sabor de tus caricias.

Es tu mano la que ahora
juguetea con mi cabello
mientras la humedad de tus labios
intenta apagar
el fuego de mi alma.

Esta noche …
en que la luna menguante
dibuja una sonrisa
nuestros cuerpos se entrelazan
con el suave ritmo que se crea
cuando dos almas disfrutan
de la danza de sus vientres.



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